El 12 de septiembre Putin, respondiendo a la pregunta del periodista Sergey Brilev, quien fue el moderador de la sesión plenaria en el Foro Económico Oriental, afirmó que las autoridades rusas saben quiénes son Petrov y Boshírov y les llamó a aparecer ante los medios.
Peskov destacó también que "ni Petrov ni Boshírov no tienen nada que ver con Putin, y, sin duda, tampoco con el Kremlin".
A principios de marzo, Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa, reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia de 33 años, fueron encontrados inconscientes en la ciudad de Salisbury supuestamente envenenados con una sustancia neuroparalizante.
Nada más abierta la investigación, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del suceso y afirmó que la toxina fue supuestamente desarrollada por Rusia.
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La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, afirmó que los dos sospechosos eran oficiales del servicio de inteligencia militar ruso y que probablemente usaron identidades falsas.
El 13 de septiembre en una entrevista a RT y a Sputnik, Petrov y Boshírov dijeron que habían realizado un viaje turístico a Salisbury, que no sabían nada sobre los Skripal y que, al parecer, todo fue una "fatal" coincidencia.
El portavoz de la oficina de May catalogó la entrevista de Petrov y Boshírov de "mentira" y aseguró que resultaba ofensiva para las víctimas del ataque y sus parientes.