"Existe la posibilidad de que el Turk Stream se convierta no solo en un proyecto ruso-turco, sino en un proyecto con la participación de la UE y de otros países interesados, pero en caso de que haya garantías de que no se repita lo ocurrido con el South Stream", dijo el canciller ruso.
El proyecto incluye el tendido de dos tuberías con una potencia total de 31.500 millones de metros cúbicos anuales de Rusia a Turquía, a través del fondo del mar Negro.
Uno de los ramales se utilizaría para suministrar gas directamente al mercado turco y el otro para transportarlo a Europa a través de Turquía.
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El primer ramal empezó a construirse en 2017 y debe entrar en funcionamiento en 2019, el segundo debe quedar terminado en 2019.