La polémica envuelve a Pret a Manger, una franquicia de venta de sándwiches, que tiene más de 500 sucursales en nueve países, ubicadas en sitios concurridos como aeropuertos o distritos de negocios.
La víctima se descompensó y perdió el conocimiento a poco de llegar a su destino. Al parecer, tenía alergia al sésamo y desarrolló una fuerte reacción al consumir el tentempié. La baguette tenía ese ingrediente, pero no se enteró. Tras consumirla en su vuelo a Niza, falleció.
Y no por un descuido de ella. La reglamentación actual del Reino Unido es diferente para la comida empaquetada y la artesanal; no obliga a los productores de alimentos caseros a notificar en el empaque sobre la presencia de ingredientes que potencialmente puedan desencadenar reacciones alérgicas, aunque sí deben aparecer advertencias generales de alérgenos en la tienda, o que el personal informe oralmente al comprador.
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Según informó el diario The Guardian, en diciembre de 2017 otro cliente de la cadena murió en la ciudad de Bath al comer un sándwich que supuestamente no contenía productos lácteos.
Pret a Manger hizo una investigación sobre este caso y descubrió que CoYo, la marca de yogur vendido a la empresa como libre de ingredientes lácteos, no cumplía con esa consigna.
No obstante, el pan ácimo del bocadillo estaba hecho con este yogur. Se cree que el desafortunado cliente falleció a causa de la respuesta que desarrolló una vez que comió su alimento.