"La cultura es parte inherente de nuestra política exterior europea, nosotros los europeos, somos por definición una 'fuerza suave', e incluso ahora, cuando nos esforzamos más que nunca en desarrollar nuestra 'fuerza dura', lo cual a veces es necesario, en nuestra defensa europea, nuestra autonomía estratégica que puede resultar necesaria, continuamos siendo una superpotencia cultural", afirmó.
"Definitivamente no tengo que convencer a los presentes sobre la importancia de la diplomacia cultural, los países europeos siempre comprendieron la fuerza de las relaciones culturales, sobre todo para nuestras economías, pero también para nuestras relaciones internacionales", alegó.
Según Mogherini, "en la actualidad la cultura continúa siendo un campo de batalla en todo el mundo".
La diplomática recordó cómo los terroristas tomaron la ciudad de Tombuctú, en Mali, donde fueron destruidas antiguas bibliotecas y mezquitas, y la ciudad siria de Palmira, con la destrucción de templos y estatuas históricas.
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