El Gobierno deberá preparar en el transcurso de tres meses el plan de implementación de este documento, que entró en vigor el 13 de octubre.
Entre otros problemas se indican los de almacenamiento de combustible nuclear y de residuos nucleares, así como el aumento del promedio de la edad de los trabajadores de la rama y la escasa afluencia de especialistas jóvenes.
El documento llama la atención al hecho de que surgen nuevas tecnologías que pueden usarse para efectuar actos no autorizados, incluidos ataques terroristas, contra las instalaciones de energía atómica de uso civil y militar.
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Al mismo tiempo se señala que en Rusia se atribuye siempre la mayor importancia al uso de la energía atómica y surgen tecnologías e instalaciones que garantizan mayor seguridad.
La opinión pública empieza a jugar un papel más notable "en la toma de decisiones sobre el uso de la energía atómica, en particular sobre el procesamiento de combustible nuclear usado y de residuos radiactivos", se subraya.