Estos datos, relativos al año 2017, prologan la tendencia decreciente registrada en 2015 y 2016, años en los que se redujo el número de personas en riesgo de exclusión.
Pese al descenso de los últimos años, el informe de la EAPN destaca que las cifras siguen siendo "notablemente elevadas".
Para determinar cuánta gente se encuentra en esa situación la EAPN utiliza el indicador AROPE (At Risk Of Poverty and/or Exclusion), según el cual una persona está en riesgo de pobreza o exclusión cuando vive en un hogar con una renta por persona inferior al 60% de la mediana de la renta nacional, cuando está en una situación de Privación Material Severa —ninguno de sus miembros puede permitirse al menos cuatro de los nueve ítems de consumo catalogados como básicos a nivel europeo— o cuando vive en un hogar con baja intensidad de trabajo.
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El informe subraya que por primera vez desde 2011 hay más mujeres en riesgo de pobreza o exclusión social (6,4 millones) que hombres (5,9 millones).
Por ejemplo, la población entre 16 y 29 años tiene la tasa de pobreza más alta, con un 34,8%, mientras que en las personas mayores de 65 la tasa es del 16,4%.
En cuanto a la población menor de 16 años, el informe pone de manifiesto que el 31% de personas en esa edad está en riesgo de exclusión.
Otro punto en el que incide el informe es que entre las personas sin empleo el riesgo de exclusión social alcanza al 59,1%, lo que "refleja la pérdida de protección social del colectivo".
Además, una de cada dos personas que viven en hogares monoparentales está en riesgo de pobreza y o exclusión
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El análisis de la EAPN subraya que el 1,7% de la población sufre los tres factores que integran el AROPE, por lo que hay "791.726 personas que se encuentran en la peor situación económica y social posible".
A la vista de lo anteriormente expuesto, la EAPN concluye que España está incumpliendo su compromiso para alcanzar los objetivos de inclusión social especificados en la estrategia europea 2020.
Los autores del informe subrayan que las condiciones de vida de los españoles empeoraron notablemente en la última década y que la evolución del AROPE se encuentra muy por encima de la media de la UE, lo que relativiza la importancia de la crisis económica como único culpable del incumplimiento del objetivo.
