"El Ministerio de Relaciones Exteriores (de Cuba) solicita respetuosamente a la Secretaría General de las Naciones Unidas una investigación rigurosa y urgente de lo ocurrido, de cuyo resultado informe oportuna y apropiadamente a la Asamblea General para que se adopten las medidas pertinentes para prevenir estos actos agresivos contra Estados soberanos", precisa la nota divulgada en el sitio web de la cancillería cubana.
Según una declaración emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla, "es motivo de especial preocupación que se haya permitido que dicho "evento" anticubano tuviese lugar en la magna sede de la Organización de las Naciones Unidas y que se haya realizado en el Día Mundial de la Alimentación, precisamente por parte del Estado (EEUU) que vota en contra de la Resolución "El derecho a la alimentación" del Consejo de Derechos Humanos y de la Asamblea General".
La nota de la cancillería cubana subraya que para la realización de este acto que calificó de difamatorio, "se han violado las normas que rigen el uso de las salas y los servicios de las Naciones Unidas, que dejan claro que "sólo se realizarán eventos que estén en consonancia con los propósitos y principios de las Naciones Unidas y estén justificados por su pertinencia para la labor de la Organización".
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A su vez, acusa al Departamento de Estado de EEUU de pretender otra vez "utilizar las instalaciones de las Naciones Unidas como su coto privado".
La declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba denuncia que una acción de esta naturaleza no puede ser considerada en consonancia con los propósitos y principios de la Organización, ni pertinente para su labor, cuando está dirigida específicamente contra la independencia y libre determinación de un Estado miembro, y en el marco de una "campaña de hostilidad y amenazas contra Cuba, repudiada por la comunidad internacional".