El 16 de octubre, el Ejército sirio y los terroristas, que ocupan las alturas de Tulul al Safa en el desierto de Suwaida en el sur de Siria, concluyeron un acuerdo de alto el fuego. Se decidió que los miembros del grupo Frente Al Nusra —proscrito en Rusia y otros países— entregaran las armas. Los terroristas estaban rodeados y no tenían otra opción.
Sin embargo, a primera hora de la mañana del día 17, los yihadistas atacaron a las unidades del Ejército sirio. Los soldados repelieron con éxito el ataque: decenas de terroristas murieron y resultaron heridos.
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En este contexto, se decidió reanudar los ataques masivos de artillería con el apoyo de la fuerza aérea contra los terroristas que aún permanecen en el área. El objetivo es acabar completamente con los yihadistas antes de que llegue la temporada de lluvias, puesto que ahora los terroristas no tienen acceso a ninguna fuente de agua dulce.