Según dijo Aquino a Sputnik, si Estados Unidos sigue poniendo aranceles a las compras de productos chinos, esto va a impactar negativamente en el empleo, puesto que los productos se encarecerán y serán menos elegidos que su competencia, lo que deteriorará el entramado industrial. Para evitar esto, Pekín ha impulsado cambios que prometen acelerar los procesos virtuosos de la economía.
"El Gobierno está tomando medidas. Por ejemplo está bajando los impuestos a las personas para que la gente tenga más dinero para gastar. Ha reducido la tasa de dinero que los bancos deben tener en función de lo que recolectan del público para que tengan más dinero para prestar a la gente", comentó el experto.
Se prevé una reforma en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y una disminución del impuesto a la renta de las personas físicas. Además se analiza una disminución del impuesto a la renta de las compañías con especial énfasis en las que generan mayor valor agregado.
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"La legitimidad del Partido Comunista chino y del Gobierno se fundamenta en que la economía crezca, en que se cree empleo para mantener una sociedad estable. Eso por un lado. Por otro el Gobierno está tratando de no depender tanto del mercado. De hecho hace 15 años casi un 35% de todo lo que producía lo mandaban al extranjero. Ahora es menos de 28%", explicó.