"Hay pocas señales en el horizonte de la macroeconomía o en cambios de política que puedan frenar la declinación de la extracción de petróleo de Venezuela, que se redujo a la mitad desde 2016", dijo la AIE en el informe Panorama de las Economías Productoras 2018.
El reporte señala que la economía venezolana se ha visto afectada en forma negativa por la reducción del ingreso de divisas procedentes de sus ventas de crudo.
"El ingreso neto procedente del petróleo y del gas cayó (…) en 70% desde 2014 en el caso de Venezuela, con amplias consecuencias para su funcionamiento económico. Las grandes oscilaciones en los ingresos procedentes de los hidrocarburos pueden ser profundamente desestabilizadoras si las finanzas y las economías no son resilientes", observa el reporte.
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"La agenda de reformas para las economías productoras es mucho más amplia que la energía, y se asienta en un sector energético que funcione bien. Mantener las inversiones y las ventajas de un recurso abundante y de bajo costo es vital", dice el documento.
Además, agrega, "algunas economías productoras, en particular Irak, Nigeria y Venezuela, enfrentan grandes dificultades para obtener inversión suficiente para sus sectores de exploración y producción".
Venezuela cayó en una profunda crisis económica desde la reducción de los precios petroleros en 2014.
La situación económica se vio agravada por la inestabilidad política en el país sudamericano.