"El propio enfoque de la cuestión, por supuesto, tiene como objetivo aumentar aún más la tensión, continuar el guión centrado en la provocación, que se lleva a cabo de acuerdo con los intereses políticos internos de Poroshenko con vistas a las elecciones", dijo Peskov.
Peskov destacó que el Kremlin no tiene conocimiento de que en el estrecho de Kerch existan restricciones a la entrada de embarcaciones civiles.
La víspera Poroshenko indicó, en una entrevista al diario Bild, que espera que la OTAN envíe sus buques a la zona del incidente en el estrecho de Kerch.
Además, Peskov declaró que Moscú no considera necesarios recurrir a intermediarios para normalizar sus relaciones con Kiev.
"Moscú agradece a todos que están dispuestos a contribuir a bajar las tensiones provocadas por Ucrania, pero no ve necesidad de ningún esfuerzo intermediario: los que lo deseen y sean capaces de hacerlo pueden ayudar a influir sobre Kiev oficial", dijo a la prensa.
Al contestar por qué los guardacostas rusos atacaron recientemente los buques ucranianos en el estrecho de Kerch, Peskov recomendó preguntar a los propios guardias sobre las coordenadas exactas del incidente.
El 25 de noviembre, tres buques ucranianos —el Berdiansk, el Nikopol y el Yani Kapu— violaron la frontera rusa, entraron en una zona provisionalmente cerrada del mar Negro avanzando hacia el estrecho de Kerch, no reaccionaron a la exigencia legítima de las autoridades rusas de parar y efectuaron maniobras peligrosas, por lo cual fueron detenidos junto con sus 24 tripulantes.
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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó el incidente naval como una provocación, señalando que entre los tripulantes de los buques infractores había dos efectivos del Servicio de Seguridad de Ucrania, quienes de hecho estuvieron dirigiendo esa operación.
La libre navegación en el mar de Azov —mar interior entre Rusia y Ucrania, según un acuerdo bilateral, que se conecta con el Negro a través del estrecho de Kerch— se complicó en los últimos meses después de que guardacostas ucranianos apresaran a varios barcos rusos que habían visitado Crimea.
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Moscú calificó las acciones de Kiev como "terrorismo marítimo" y contestó endureciendo los controles en la zona rusa del mar de Azov.