La oficina de Interior difundió el 12 de diciembre un oficio en el que se detallan una serie de medidas de "reforzamiento de especial intensidad" para las próximas fechas.
En concreto, esas medidas supondrán un aumento de los dispositivos de vigilancia antiterrorista en espacios públicos, medios de transporte o acontecimientos religiosos, así como en cualquier lugar donde pueda producirse una alta concentración de personas.
Como parte de este paquete de medidas se incluirá la instalación de bolardos y otros objetos para impedir el acceso de vehículos a lugares de mucha concurrencia peatonal.
Estas medidas son una intensificación contemplada dentro del actual nivel de alerta antiterrorista, pero no suponen una elevación de dicho nivel.
España se encuentra en el nivel 4 de alerta antiterrorista desde el 26 de junio de 2015 tras los atentados ocurridos en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia.
El cuarto nivel, según explica el Ministerio de Interior en su página web, corresponde a una situación de "riesgo alto" e implica una serie de medidas como la movilización de agentes de lucha antiterrorista para reforzar la vigilancia callejera o la protección de puntos sensibles, así como un incremento de las tareas para conseguir información sobre sospechosos y personas de riesgo.
Más aquí: El Consejo de Europa alerta de que la amenaza terrorista perdura en países europeos
Incluso tras los atentados de Barcelona y Cambrils en agosto de 2017, la mesa de evaluación decidió no elevar el nivel de alerta, ya que el quinto nivel está reservado únicamente para escenarios de ataque inminente, contemplando medidas como el despliegue de militares.