En el marco del IX Espacio de Innovación Penitenciaria organizado en Montevideo por la oficina del comisionado parlamentario penitenciario, Sputnik entrevistó a la jueza de ejecución del juzgado en el que el programa se empezó a instrumentar, María Jimena Monsalve, quien explicó que está basado en el modelo de "justicia terapéutica".
El programa "Justicia Terapéutica para el Tratamiento Integral de Infractores de la Ley Penal con Consumo Problemático de Sustancias Psicoactivas" se presentó en agosto de 2018, y a partir del 1 de octubre se puso en marcha un plan piloto en el Juzgado Nacional de Ejecución Penal N° 5, que asumió el rol del primer Tribunal de Justicia Terapéutica (TJT) del país.
Según el secretario de Justicia argentino Santiago Otamendi, "estadísticas internacionales demuestran una reducción de la reincidencia delictiva ya que el 80% de los graduados de estos programas no vuelven al sistema como imputados", dijo a la prensa durante la presentación del programa en agosto.
El programa está dirigido a aquellas personas condenadas en suspenso, o probados, que hayan tenido alguna conducta delictiva relacionada con el uso problemático de drogas, y está articulado entre el ministerio de Justicia, los ministerios Público Fiscal y de la Defensa, el Poder Judicial y la secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar), que brinda 40 cupos para el tratamiento de reducción de consumo de drogas.
Las personas candidatas pueden elegir si seguir el programa y realizar un tratamiento de "rehabilitación" o continuar cumpliendo su pena con las reglas de conductas que le fueron impuestas. Lo exótico del programa es que busca cambiar el rol de los operadores judiciales, y así, lograr que la persona reduzca su consumo de drogas, evitar su recaída en el delito, y su integración social.
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"Creo que todo el sistema [judicial] fracasa por la despersonalización, porque se hacen cosas sin ver, se invisibiliza. Lo que uno no ve, no existe, y poder ver, escuchar, que [la persona imputada] vea al juez comprometido con ella, la cosa cambia", advirtió Monsalve.
A su vez, la jueza indicó que el programa tiene "incentivos" y "llamados de atención". Los incentivos son personalizados, "se trata de buscar el interés [del participante] y acompañar", pueden recibir "entradas para el cine porque nunca fue, volver a hacer boxeo, opciones educativas".
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Monsalve también señaló que la metodología implementada se basa en la justicia terapéutica, "una corriente filosófica que estudia cuál es el efecto de la aplicación de la ley sobre las personas". "Ya no existe más el modelo de juez que se las sabe todas. Tratamos de resolver conflictos sociales, que son abordados por otras ciencias […] tenemos que poder trabajar cooperativamente con ellas, y la justicia terapéutica se inspira en todo esto para poder trabajar interdisciplinariamente", agregó.
En América Latina
"Lo que más se visualiza en nuestra región es el modelo tribunal del tratamiento de drogas, algo parecido a lo que implementamos en Argentina en este plan piloto. Tomamos del modelo mexicano porque también un país federal, hay mucha diversidad. Allí seis estados federativos tienen programas de justicia terapéutica funcionando, y hay dos Ciudad Juárez, Chichachu, Monterrey, que tienen programas especialmente diseñados para adolescentes que recién se aproximan al delito", contó.
Además, en Chile hay casi 30 tribunales de justicia terapéutica funcionando y experiencias incipientes en Colombia, Brasil y Perú.
