Varios medios informaron antes de más de una decena de muertos.
Según el documento de Amnesty International, 37 personas perdieron la vida en cinco días en las manifestaciones antigubernamentales.
Jackson afirmó que las autoridades no deben impedir la organización de protestas, sino concentrarse en evitar la violación de los derechos humanos y en eliminar la crisis económica.
Las manifestaciones estallaron el 19 de diciembre en las ciudades sudanesas de Al Qadarif y Atabara por la decisión del Gobierno de aumentar los precios del pan, cuya escasez se siente ya durante varias semanas en el país.
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Las personas salieron a las calles también en otras ciudades del país para protestar por el aumento de los precios y expresar descontento con la situación económica en el país en general.
En algunas ciudades se declaró el estado de emergencia ante las violentas protestas.