En el transcurso de estas pruebas alcanzó una velocidad de 'solo' 8 Mach, si bien fue suficiente para que algunos medios estadounidenses prestaran atención a su evolución.
Así, el canal estadounidense CNBC informó, citando fuentes con acceso a información secreta, que el test fue llevado a cabo el 10 de diciembre y especuló con que el nuevo proyectil antibuque podría ser modificado para ser lanzado también contra objetivos terrestres.
El medio expresó sus dudas sobre la capacidad de los sistemas de defensa existentes de interceptar un proyectil que vuela a una velocidad de tres kilómetros por segundo.
La única solución disponible sería la de eliminar estos misiles antes de que sean lanzados desde los cruceros y submarinos que los portarán. Estos últimos suponen un peligro especialmente importante, destaca el artículo, puesto que los submarinos son mucho más difíciles de detectar.
Mientras tanto, las autoridades rusas reiteraron en repetidas ocasiones que sus armas no amenazan a nadie y que su único objetivo es garantizar la defensa del país.
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