"El cohete superpesado Falcon Heavy, de Elon Musk, puede elevar una carga útil de 45 toneladas a una órbita terrestre baja. Si el Angará-5, que ya estamos desarrollando, se colocara en Cabo Cañaveral en lugar de la base espacial Vostocni [en la provincia oriental rusa de Amur] o Baikonur [en Kazajistán], o sea, más cerca del ecuador, serían las mismas 45 toneladas", declaró Rogozin al canal Rossiya 24.
Rogozin reiteró que "ellos [los estadounidenses] tienen una ventaja geográfica porque están mucho más al sur, más cerca del ecuador".
El director de Roscosmos señaló que el Angará-5 ya puede elevar 25 toneladas a una órbita baja.
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"Después de modernizado y aliviado, podrá elevar 27 toneladas desde Vostochni a partir del año 2023, y cuando tenga una etapa de hidrógeno, 37 toneladas. Hoy en día, tenemos vehículos de lanzamiento de todas las categorías, de la ligera a la pesada a la de capacidad mayor. También tendremos un cohete superpesado, de la clase Yeniséi, hacia el año 2028, en la fecha prevista en el decreto presidencial", concluyó.
Lanzamiento de sondas rusas a la Luna
Asimismo, la corporación espacial rusa Roscosmos aplazó por un año el lanzamiento de dos de sus sondas a la Luna.
"Luna-26 y Luna-27 despegarán en 2023 y 2024", dijo Rogozin.
El despegue de los dos aparatos se efectuará después del lanzamiento de la sonda Luna-25 programado para 2021, un hecho que supondría el regreso de Rusia a la Luna después de más de 40 años. En 1976 la entonces agencia espacial soviética lanzó el último rover (Luna-24) al satélite natural de la Tierra.
La extinta Unión Soviética fue el primer país en la historia en enviar una sonda a la Luna en 1959 y el primero en realizar un alunizaje suave allá por el año 1966.
Está previsto que Luna-25 se pose en el polo sur del satélite para buscar hielo, además este aparato permitirá testear las tecnologías de alunizaje suave.
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La misión de Luna-26 es efectuar un mapa del satélite y recoger y analizar muestras del suelo.
Posibles motivos de la dilación
Lev Zeleni, responsable científico del Instituto de Investigaciones Espaciales, aclaró que el retraso del programa se debe a la espera de condiciones balísticas apropiadas para el alunizaje de los rovers en el polo sur de la Luna.
Los europeos superaron el límite de peso que se requería para estos equipos, lo que obligó a los rusos a desarrollar sus propios dispositivos.
Anatoli Petrukóvich, director del Instituto, por su parte atribuyó el retraso de los lanzamientos a problemas de financiación.
"El aplazamiento se debe a recortes al programa espacial (…) El Ministerio de Finanzas cada dos o tres años revisa el programa espacial y recorta los excedentes como más le parece. Los proyectos que pierden esas sumas se posponen", remarcó.
Agregó que el Ministerio de Finanzas redujo el techo de gastos para 2020 y 2021, lo que ha afectado a varias áreas del programa espacial.
"Pero esto afecta no solo a la ciencia", apostilló.
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Desde Roscosmos aseguraron a Sputnik que la prórroga se debe a que se requiere concluir las pruebas de las tecnologías de alunizaje con el rover Luna-25.
"Se pospusieron los despegues de los aparatos Luna-26 y Luna-27 debido a la nueva fecha de lanzamiento de Luna-25 (programado para 2021) cuyo fin es probar el alunizaje suave, una tecnología que deberán usar los aparatos que vendrán después", indicaron en la entidad.