"Se constituye (declara) una alerta sanitaria, pero si las cosas recrudecen vamos a pasar a una emergencia sanitaria", dijo el jefe de la Unidad de Salud Ambiental del Ministerio de Salud, Daniel Cruz, en medio de una polémica entre oficialistas y opositores sobre las causas y alcances de la situación.
La empresa privada Tersa, que maneja el vertedero de basura desde su apertura en 2005, atribuyó el derrame a la inestabilidad del terreno, producto de las lluvias de temporada.
El problema se desató el 15 de enero cuando ciudadanos de la población rural de Achocalla y de la ciudad de El Alto, colindantes con La Paz, denunciaron en las redes sociales que en ambos lugares se expandía un fuerte mal olor, que afectaba principalmente a los niños.
Solo el 16 de enero las autoridades de La Paz confirmaron que el mal olor provenía del derrame de al menos 850.000 toneladas de basura y una cantidad indeterminada de líquidos tóxicos del relleno sanitario de Alpacoma, en Achocalla, a donde va a parar toda la basura producida en la capital boliviana.
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El alcalde de Achocalla, Dámaso Ninaja, del oficialismo, culpó del desastre a la "negligencia" del alcalde de La Paz, el opositor Luis Revilla, y exigió el cierre inmediato del vertedero, próximo a las cabeceras de ríos que llegan a valles productores de frutas y verduras.
Revilla advirtió que el bloqueo del vertedero obligaba a paralizar la recolección diaria de basura en La Paz, donde comenzaban a aparecer montones de desechos abandonados en calles y avenidas.
"Pedimos a las autoridades municipales (de Achocalla) que, sin ningún tipo de vinculación con temas políticos, eviten que se produzca, ahora sí, una situación muy preocupante de desastre ambiental en la ciudad de La Paz por la presencia de residuos en las calles", dijo Revilla en conferencia de prensa.
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El concejal Jorge Silva, del partido del presidente Evo Morales, respondió de inmediato que "el alcalde está lavándose las manos y deslindando responsabilidades; él es quien tiene que dar la solución, para eso ha sido elegido".
"Es muy factible que haya cantidad excesiva de contaminantes dispersos por el deslizamiento, estos contaminantes estarían ya muy cerca del río Achocalla, lo que nos pone al borde de una situación de emergencia, todo un desastre ambiental", dijo Cruz, del Ministerio de Salud.
Sobre las demandas de clausura del vertedero de Achocalla, el alcalde Revilla dijo que La Paz, ciudad enclavada entre montañas, no tiene un plan alternativo inmediato, pues el actual relleno sanitario debería estar habilitado en 2025.