"Salí a buscar pañales para mi hijo, me vine a esta farmacia porque de todas las que recorrí esta es la única que tiene para pagar con tarjeta, las otras solo aceptan efectivo, y no tengo, además en otras farmacias la cola de personas para comprar es demasiado larga", dijo Rodolfo Caballero, habitante de Caracas.
Carolina Díaz, de 40 años, quien se mostraba un poco desesperada dijo a esta agencia que salió a comprar agua potable o cualquier otro tipo de bebida gaseosa que encontrara, pues no tenía nada en su casa.
"Vine a comprar agua, no tengo en mi casa, será comprar cualquier líquido, lo que se consiga", indicó.
En una farmacia, en el municipio Sucre, del estado Miranda (norte), dividieron en dos grupos a los trabajadores, los que atendían dentro del local, y otros que permanecían fuera para responder las preguntas de los usuarios sobre la disponibilidad de los medicamentos.
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Las redes eléctricas venezolanas colapsaron el 7 de marzo tras una avería en El Guri, planta hidroeléctrica que proporciona el 80 por ciento del consumo de fluido de Venezuela, como consecuencia de un ataque informático al sistema de control automatizado de la central.
El apagón que comenzó el jueves 7 afectó los 23 estados del país.
El presidente Nicolás Maduro acusó al imperialismo estadounidense de anunciar y dirigir la guerra eléctrica contra Venezuela.
Por su parte, el ministro de Información, Jorge Rodríguez, denunció que Washington sabía de antemano lo que debía ocurrir con el sistema eléctrico de Venezuela y así lo confirma la rapidez con la que reaccionaron en las redes el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el senador Marco Rubio.