"No hay evidencia, teoría, ni resultado investigativo apegado a la ciencia que justifique el uso del término ataque que Washington continúa utilizando públicamente, aunque en encuentros oficiales reconoce que no existen evidencias", expresó Fernández de Cossío en rueda de prensa en la capital cubana.
Fernández de Cossío realizó una detallada explicación de las investigaciones que se han hecho hasta el momento y rechazó las acusaciones de Washington, que han formado parte de un retroceso en la normalización de relaciones diplomáticas entre ambos países comenzada a fines de 2014.
El diplomático dijo que las autoridades cubanas no han puesto en duda que pueda existir personal enfermo, pero insistió que "a partir de las investigaciones realizadas y de la evidenciaexistente, nada indica que la enfermedad que puedan padecer o los síntomas reportados sean resultado de la estancia en la isla".
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"No dudamos que haya diplomáticos enfermos, pero sí aseguramos que la causa no son los llamados 'ataques sónicos' de los cuales se nos quiere acusar", subrayó Fernández de Cossío, quien reafirmó que "este asunto representa para Cuba un tema de seguridad nacional".
Precisó que se realizaron estudios de controles con vecinos y trabajadores de hoteles cercanos a los lugares donde estaban los diplomáticos supuestamente afectados, en los que no se encontró ninguna evidencia que provocara daños a la salud.
También aseguró que durante el proceso de investigaciones se logró establecer un intercambio científico entre expertos de Cuba, Estados Unidos y Europa en neurología, neurofisiología psiquiatría, física de sonido, sicología, tecnología de microondas y bioingienería.
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Por su parte, el doctor Valdés-Sosa subrayó que algunos de los síntomas de los diplomáticos afectados se presentaron antes del inicio del supuesto fenómeno y otros en una amplia escala de síntomas que casi nunca resultan de una enfermedad única o constituyen una nueva patología, según una revisión de los estudios clínicos estadounidenses de las enfermedades de los funcionarios.
Ambos peritos lamentaron la falta de cooperación de las autoridades estadounidenses, que tardaron en entregar pruebas o no permitieron a los investigadores cubanos el acceso directo a los pacientes.
Las afectaciones que más de 20 diplomáticos de EEUU y más de una decena de Canadá afirman que sufrieron son mareos, disminución auditiva, jaquecas y pérdidas de sueño luego de haber escuchado ruidos similares a los de grillos.
Un caso similar fue reportado por la prensa en China.
Según un reporte de enero de 2018 de la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), el Buró Federal de Investigaciones (FBI) aseguró no haber encontrado evidencias de que ondas audibles, infrasónicas o ultrasónicas pudieran haber sido utilizadas clandestinamente para herir a estadounidenses en Cuba.