Todo gracias a los restos de sangre de un chal que llevaba Catherine Eddowes, una de sus víctimas, cuando fue degollada. Los investigadores de la universidad de Liverpool llevaron a cabo un análisis genético de esos restos de sangre y los resultados los cotejaron con los de una prueba de ADN realizada a los descendientes de Kosminski.
"Describimos por primera vez a nivel molecular y sistemático el análisis de la única prueba física relacionada con los asesinatos de Jack el Destripador (…) Se trata del análisis genético más avanzado de sus crímenes hasta la fecha", señala el estudio de la Universidad John Moores, publicado en la revista Forensic Sciences.
Kosminski tenía 23 años cuando Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly fueron asesinadas entre el 31 de agosto y el 9 de noviembre de 1888, presumiblemente mientras dormían. El despiadado asesino de Whitechapel primero las degolló, las mutiló y extrajo varios de sus órganos, motivo que le valió el sobrenombre de 'destripador'.
El hallazgo coincide con las pruebas —inconcluyentes en aquel momento— de los testigos de la época. El propio inspector jefe de la Policía, que en aquel entonces iba tras la pista del asesino, Donald Swanson, había escrito en su diario que Kominski era uno de los sospechosos.
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¿Pero qué fue de Kosminski? El barbero nunca pagó por sus crímenes, pero sí fue encerrado en el psiquiátrico de Colney Hatch, a las afueras de Londres, en 1891. Sufría alucinaciones y tenía un miedo incomprensible a bañarse y a que otras personas le diesen de comer, publica The Daily Star.