"Nuestros ataques al aeropuerto Mitiga no tenían como objetivo suspender los vuelos civiles, lanzamos ataques selectivos contra dos aviones", dijo Al Mismari en una rueda de prensa en la ciudad libia de Bengasi.
Acto seguido, según una fuente informada, fueron suspendidas las operaciones aéreas en el único aeropuerto que funcionaba en Trípoli.
El enviado especial de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, declaró que "ese ataque es una infracción grave del derecho humanitario internacional, que prohíbe los ataques a las infraestructuras civiles".
Salamé llamó a cesar todas las operaciones militares aéreas para evitar una escalada de tensión que podría derivar en una guerra civil.
El enviado especial de la ONU también llamó a los países miembros de la organización a obligar a las partes del conflicto a volver al diálogo para buscar una solución política y el cese del conflicto.
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Libia está sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivara en una dualidad de poderes.
Sin embargo, este Gobierno, en funciones desde el 31 de marzo de 2016, no ha sido reconocido hasta la fecha por la Cámara de Representantes en Tobruk, que proclamó su propio Gobierno, apoyado por Haftar.
La nueva espiral de tensión se inició después de que Haftar ordenara el 4 de abril una ofensiva contra Trípoli para "liberarla de terroristas".
En respuesta, el Gobierno de Unidad Nacional declaró el estado de emergencia y movilizó sus fuerzas.
El domingo, las fuerzas leales al Gobierno de Unidad Nacional anunciaron la operación Volcán de Ira contra Haftar, mientras que el Ejército Nacional Libio inició la fase aérea de su ofensiva.