"Pedí una sentencia de 14 años de prisión, el fallo se dictaminará el 16 de abril", dijo la fiscal a la prensa.
El Código Penal de Rusia estipula 20 años como castigo máximo por espionaje.
El acusado rechaza todos los cargos, afirma que no tuvo ninguna intención de dañar al Estado ruso, de hecho, no sabía en qué estaba involucrado y estaba inconsciente de que lo usaban, sostiene la defensa.
"Lamenta el posible daño que su caso pudiera infligir en las relaciones entre Rusia y Noruega, tanto a nivel estatal como humano", dijo el abogado defensor, Ilia Nóvikov.
El acusado enfrenta una larga condena, sin embargo a los espías profesionales (como lo ve el FSB) normalmente les dictan una condena reducida y siempre se tiene en cuenta la posibilidad de intercambio por un agente ruso, añadió.
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Por tratarse de un expediente clasificado, las audiencias se realizan a puerta cerrada, con asistencia de 15 testigos.