Alexander Kraenkl, un austriaco de 51 años, estaba buceando tranquilamente cuando vio a un tiburón oceánico de puntas blancas acercándose a él.
Para evitar un posible enfrentamiento con el depredador el hombre se agarró de la cuerda que sujeta el ancla para subir a la superficie cuanto antes, pero el tiburón logró darle un mordisco en la pierna derecha.
En las imágenes se ve que la pierna enseguida le empieza a sangrar abundantemente, pero por suerte el escualo no insistió en el ataque y se retiró. Afortunadamente, el austriaco no sufrió heridas de gravedad, y por las fotos que fueron tomadas después del ataque, luce sonriente.
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