En el marco de Rouketopolemos, una tradición de Pascua que data de hace más de 120 años, los creyentes de las iglesias de San Marcos y de Panagia Erithiani intentan dar en la campana de la iglesia opuesta con los fuegos artificiales hechos por ellos mismos.
Las iglesias están ubicadas en dos colinas a ambos lados de un valle, a una distancia de 400 metros la una de la otra. Los cohetes están hechos de palos de madera cargados con una mezcla explosiva que contiene pólvora.
El ganador se decide al día siguiente, cuando se cuentan los disparos que lograron alcanzar los blancos. Sin embargo, independientemente del resultado real, ambas parroquias reclaman la victoria con festejos.