La situación financiera de la AP se deterioró significativamente desde febrero, cuando Israel decidió reducir de manera sustancial la entrega del dinero que retiene en concepto de impuestos y que posteriormente, a final de cada mes, entrega a los palestinos.
En febrero Israel redujo de esos impuestos las cantidades que la AP paga a los "terroristas" palestinos que están encarcelados en Israel y a sus familias.
El presidente palestino rechazó la decisión de Israel y devolvió las cantidades de impuestos reducidas que le entregó el Estado judío. Abás dijo que no aceptará ese dinero hasta que no se le entregue en su totalidad, sin ninguna deducción.
"Está claro que preservar la estabilidad [en los territorios palestinos] es un interés de Israel", dijo el martes un funcionario palestino al diario Haaretz, agregando que Abás no negociará la cuestión de los impuestos incluso a riesgo de que se produzca el colapso de la AP.
"Si se produce un colapso no habrá un vacío. Israel sabe exactamente quién controlará el territorio", advirtió el funcionario palestino aludiendo a las milicias que Abás reprime con fuerza y que podrían tomar el control de la Cisjordania ocupada.
El presidente palestino dijo recientemente que espera que el mundo árabe ayude financieramente a los palestinos, y añadió que si cede en esta cuestión, "Israel explotará cada oportunidad para incrementar las deducciones unilaterales" de los presupuestos palestinos.
"Por eso no vamos a llegar a un compromiso. Israel tiene que rectificar su decisión y devolvernos el dinero en su totalidad", recalcó Abás.
Está previsto que hoy se celebre en Bruselas una conferencia internacional para discutir la crisis en la AP.
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La gravedad de la situación ha llevado a la AP a reducir los salarios de sus empleados y ahora solamente les paga el 60% de las nóminas. La AP también redujo significativamente los subsidios médicos.