Y en este caso así fue. Transportaban el féretro entre cinco personas, el problema es que lo hacían mientras bailaban. Así que cuando fueron a dar uno de los giros más peligrosos, el ataúd se precipitó al suelo y el difunto con él.
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Acto seguido, los propios protagonistas del vídeo no se lo pueden creer y se llevan las manos a la cabeza. ¿Y ahora qué?