La criatura, bautizada como Anbopteryx longibrachium, pertenece a la familia de los dinosaurios escansoriopterígidos planeadores, emplumados y de pequeño tamaño.
El estudio correspondiente fue publicado en la revista especializada Nature.
Sin embargo, a diferencia del dinosaurio terópodo Yi qi, hallado en 2015, el espécimen recién descubierto tiene un hueso más ancho de la extremidad delantera, una cola más corta que termina en vértebras fusionadas, y unas extremidades traseras alargadas.
"Nuestros análisis muestran que los grandes cambios en la estructura de las alas evolucionaron cerca del momento en el que se produjo la división entre los escansoriopterígidos y el linaje de las aves", explicaron los autores del estudio.
El dinosaurio, de aproximadamente 32 centímetros de largo y 306 gramos de peso, era capaz de planear y probablemente vivió un estilo de vida arbóreo.
Según explicó el encargado del estudio, Min Wang, del Instituto de Antropología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de las Ciencias, el vuelo evolucionó de forma independiente en vertebrados pterosaurios, aves y murciélagos, de modo que cada cual "tiene una configuración diferente de los elementos óseos y las estructuras epidérmicas que forman las alas".
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