Fueron los médicos del Centro Hospitalario Universitario (CHU) de la ciudad francesa de Reims, los encargados de suspender este 20 de mayo los cuidados al enfermo.
Lambert, de 42 años, perdió completamente la capacidad de moverse y comunicarse tras sufrir un accidente de tráfico en 2008. Desde entonces permanecía conectado a las máquinas.
La esposa del paciente, Rachel Lambert, y algunos parientes, pidieron a los médicos poner fin al mantenimiento artificial de su vida, apelando a la Ley Relativa a los Derechos de los Enfermos y al Fin de la Vida.
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El Consejo de Estado de Francia se ha pronunciado en varias ocasiones, la última vez el pasado 24 de abril, a favor de poner fin a los cuidados que lo mantienen con vida. Esta decisión de la Justicia francesa además ha sido avalada por el Tribunal Europeo de Derechos humanos (TEDH).
El 19 de mayo, unas 200 personas se congregaron frente al CHU para protestar contra la actuación de los médicos.
A pesar de no haber logrado hasta la fecha que se anule la decisión de la Justicia francesa, los padres de Lambert y sus partidarios siguen presentando demandas a distintos tribunales y autoridades competentes, indica Le Parisien.
Aunque la eutanasia activa es ilegal en Francia, la Ley Relativa a los Derechos de los Enfermos y al Fin de la Vida establece que los cuidados pueden suspenderse o no emprenderse si "parecen inútiles, desproporcionados o no tienen otro efecto que el mantenimiento artificial de la vida", para "salvaguardar la dignidad del moribundo".