"Quisiéramos que la situación actual en el país [Moldavia] se resuelva sobre la base de un enfoque sereno y moderado, el diálogo y el estado de derecho", declaró el comunicado del organismo.
Según el documento, Turquía considera a Moldavia su socio estratégico y "sigue de cerca los últimos acontecimientos vinculados con la formación del Gobierno moldavo".
El 8 de junio, después de tres meses de negociación infructuosa entre cuatro grupos parlamentarios, el Partido de Socialistas de la República de Moldavia (PSRM, prorruso) y el bloque electoral ACUM (europeísta) lograron un acuerdo de mayoría parlamentaria para formar Gobierno.
La Corte Constitucional, sin embargo, invalidó esta decisión alegando el incumplimiento del plazo límite; suspendió al mandatario moldavo, Igor Dodon, por su negativa de convocar nuevas elecciones y encomendó dicha tarea a un "presidente interino", el primer ministro en funciones y número dos del Partido Demócrata, Pavel Filip, quien adelantó las legislativas para el 6 de septiembre.
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El presidente Dodon calificó el adelanto electoral como "paso desesperado" del Partido Demócrata, de Vladimir Plahotniuc, para usurpar el poder con la ayuda de jueces bajo su control. Dodon y sus aliados en el Parlamento llamaron a iniciar protestas pacíficas y solicitaron mediación internacional para resolver la crisis.