Según los autores del vídeo, apenas habían pasado unas horas del deceso cuando el cadáver del hipopótamo fue rodeado por cocodrilos que anhelaban saborearlo.
En la grabación se puede observar que el comportamiento de los depredadores presenta una estructura jerárquica evidente. Primero comieron los cocodrilos más grandes y fuertes, después los más pequeños aprovecharon la oportunidad para intentar probar algo de lo que había quedado.
Al caer la noche, los cocodrilos continuaron arrancando la carne del cuerpo del hipopótamo. Según los autores de la publicación, los aullidos de las hienas a lo largo de la noche evidencian que también intentaron obtener su parte de la carne. Al día siguiente, del hipopótamo casi no quedaba nada.