"No podemos descartar la posibilidad de reanudar los vuelos y, por supuesto, esperamos que esto suceda tarde o temprano, pero ahora, teniendo en cuenta la fuerte polarización de la sociedad georgiana y las manifestaciones de ánimos antirrusos y rusófobos, existe peligro objetivo para un gran número de turistas rusos en Georgia", dijo Peskov a los periodistas.
"En consecuencia, la situación se vigilará constantemente y, tan pronto como haya indicios de que la situación en Georgia se ha normalizado y haya desaparecido la más mínima amenaza para los turistas rusos como consecuencia de esas manifestaciones rusófobas, habrá tiempo para el análisis y la adopción de algunas otras decisiones", agregó Peskov.
Destacó que "es demasiado pronto para hablar de ello".
La nueva espiral de tensión entre Moscú y Tiflis empezó en la segunda quincena de junio, después de que un grupo de radicales irrumpiera en la sede del Parlamento georgiano y agrediera al legislador ruso Serguéi Gavrílov, quien presidía la sesión inaugural de la Asamblea Interparlamentaria de la Ortodoxia.
Frente a la sede legislativa se produjeron choques violentos entre elementos radicales y la policía, que utilizó balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
El 21 de junio, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó un decreto que suspende los vuelos de las compañías aéreas rusas a Georgia y los de las aerolíneas georgianas a Rusia a partir del 8 de julio y recomendó a las agencias turísticas rusas no vender tours a Georgia, mientras el 21% de los turistas que visitaron esta república el año pasado provenían de Rusia.