En concreto, de las 61 unidades al servicio de EEUU, solo seis tienen un nivel operatividad. Mientras tanto, otros 15 están bajo mantenimiento y los demás 40 no están disponibles por otras razones.
Dicho desgaste es el resultado de frecuentes despliegues combinados con una financiación inestable para su mantenimiento, señaló el alto mando estadounidense.
La situación de estos bombarderos llegó a ser tan precaria que los pilotos fueron destinados a pilotar otros modelos de aviones por no tener suficientes B-1 para entrenarse, informa el medio Military Watch.
Los problemas de disponibilidad operativa y mantenimiento de las aeronaves militares de EEUU fue un tema ampliamente cubierto por los medios de comunicación occidentales.
Ya en 2018, el secretario de Defensa de EEUU para el momento, James Mattis, señaló que la Fuerza Aérea del país norteamericano debería tener al menos un 80% de los aviones en condiciones operativas. No obstante, el ejemplo del F-35 y B-1B muestran que esta cifra podría ser inalcanzable.