"Según los datos de julio, el sector turístico sufrió un daño de hasta 60 millones de dólares", informó en una rueda de prensa el primer ministro georgiano, Mamuka Bajtadze.
El jefe del Gobierno del país aseguró que las autoridades se esforzarán para "recuperar el crecimiento del sector turístico".
Bajtadze destacó la importancia del apoyo de todos los empresarios que trabajan en el turismo.
Mientras el flujo turístico desde Rusia se redujo en el mismo período en el 14%.
El 21 de junio, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó un decreto que suspende los vuelos de las compañías aéreas rusas a Georgia y los de las aerolíneas georgianas a Rusia desde el 8 de julio.
La medida se tomó ante el aumento de la tensión entre Rusia y Georgia, después de que el 20 de junio un grupo de radicales irrumpiera en el Parlamento georgiano y atacara al legislador ruso Serguéi Gavrílov, quien presidía la sesión inaugural de la Asamblea Interparlamentaria de la Ortodoxia.
Frente a la sede legislativa se produjeron choques violentos entre elementos radicales y la policía, que utilizó balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, declaró a Rusia "enemigo e invasor" del país y la acusó de aprovecharse de las protestas.
Moscú rechazó estas declaraciones y condenó la agresión contra la delegación rusa, que catalogó de "provocación rusófoba".