“¡Atambáev necesitaba [que se derramara] sangre, lo digo abiertamente! Necesitaba sangre para perpetrar un golpe de Estado", manifestó Opumbáev en una conferencia de prensa.
El jefe de Seguridad dijo que el expresidente "reconoció en un discurso haber realizado seis disparos". "Todos han sido confirmados", añadió.
"Ha sido un acto cínico, simplemente un asesinato. Estoy seguro de que la investigación va a averiguarlo", declaró.
El exmandatario kirguís Almazbek Atambáev se entregó a las fuerzas del orden el 8 de agosto, después de que un grupo de operaciones especiales lanzara un segundo asalto a su residencia a las afueras de Biskek, un día después del primer operativo que derivó en enfrentamientos con los partidarios del expresidente y se saldó con un muerto y casi cien heridos.
Según su abogado, el exmandatario permanecerá bajo arresto hasta el 26 de agosto en una prisión preventiva del Comité de Seguridad Nacional.
Poco después de que Zheenbékov jurara el cargo, varios funcionarios del equipo de Atambáev fueron procesados por delitos de corrupción: dos ex primeros ministros, dos ex alcaldes de la capital y otros políticos se encuentran enjuiciados. Todos ellos rechazan los cargos que califican de "políticamente motivados".
Al exlíder kirguís, despojado de inmunidad, se le incriminan varios delitos de corrupción.