La cultura precolombina Chimú (1100-1400 d.C.) utilizaba el sacrificio de niños para apaciguar a los dioses durante las fuertes lluvias e inundaciones que azotaban la costa peruana.
Los arqueólogos que trabajan en el sitio creen que los niños tenían entre 4 y 14 años y que fueron asesinados durante la temporada de lluvias.
La civilización Chimú estuvo propagada a lo largo de la costa peruana durante más de 200 años antes de ser conquistada por los incas en 1475.