El análisis comparativo de los genomas permitirá entender su evolución y funcionamiento y reducir en un futuro el daño que causan los hongos con el uso de la ingeniería genética y la edición de genomas. Los primeros resultados de la investigación están publicados en la revista BMC Genomics.
Muchas especies de la Armillaria provocan la muerte de árboles y crecen sin límites. Por ejemplo, el micelio de la Armillaria ostoyae descubierto en el bosque nacional de Malheur, en el estado de Oregón (EEUU), ocupa una superficie de más de 880 hectáreas. El hongo, inofensivo y pequeño a primera vista, puede ser patógeno y afectar a los árboles en todo el mundo.
"Secuenciamos, recogemos y anotamos completamente los genomas mitocondriales circulares de cuatro especies de la Armillaria: A. borealis, A. gallica, A. sinapina y A. Solidipes, así como el genoma nuclear de A. borealis", informa el director de la investigación y profesor titular del departamento básico de protección y tecnologías avanzadas de monitorización de bosques de la SFU, Konstantín Krutovski.
Gracias a la investigación, los biólogos y genetistas podrán entender mejor la interacción de mitocondrias —una fábrica energética de la célula de todos los organismos superiores: desde hongos hasta el ser humano— con el genoma nuclear, así como estudiar su funcionamiento y evolución. Esto permitirá llevar a cabo el análisis comparativo de varias especies de hongos y proteger los bosques.
"Comparando genomas de varias especies de la Armillaria que difieren en patogenicidad, esperamos entender mejor los mecanismos de su influencia dañina en árboles y elaborar métodos más eficaces de protección de bosques. Es posible reprogramar genomas mitocondriales y genomas de hongos cambiando su patogenicidad, pero para realizarlo necesitamos entender mejor su funcionamiento, la expresión de genes, los mecanismos de la patogenicidad y la interacción con la planta en el sistema de relación huésped-parásito, especialmente en el contexto de estreses ambientales como sequías y epizootias —enfermedades contagiosas que atacan a un número elevado de organismos— y del cambio climático global", explica Konstantín Krutovski.
"La Armillaria borealis provoca una muerte masiva de árboles coníferos. Tenemos que descubrir qué le empuja a tal conducta, además del cambio climático global que desempeña un papel crucial para los bosques del norte", concluye Ígor Pávlov.