Tras enterarse del caso de Luna, el cirujano-oncólogo ruso Pavel Popov entró en contacto con la familia de la niña para ofrecerle un tratamiento, todavía no disponible en Estados Unidos, capaz de remover el lunar que podría llegar a convertirse en cáncer si no es operado.
El 26 de septiembre, Luna y su madre desembarcaron en Rusia, donde la bebé realizará varios exámenes antes de empezar el tratamiento y, posteriormente, será sometida a varios procedimientos. La familia de Luna ha iniciado una campaña de micromecenazgo para ayudar a cubrir los gastos médicos de la niña.