"Votaron 'sí' 60 senadores, votaron 'no' 19 senadores; está aprobado el texto base", anunció el presidente del Senado, Davi Alcolumbre.
La reforma del sistema de pensiones era la prioridad del área económica del Gobierno y empezó a tramitarse a principios de año, aunque su tramitación fue más lenta de lo esperado debido a la falta de coordinación entre el Ejecutivo y el Congreso Nacional.
La reforma establece por primera vez una edad mínima de jubilación (65 años para los hombres y 62 para las mujeres) y un tiempo mínimo de contribución (15 años para las mujeres y 20 para los hombres).
Los senadores de la oposición argumentaron que la reforma supone una retirada de derechos de los trabajadores, mientras que los aliados del Gobierno remarcaron que la reforma es básica para atajar el déficit público y garantizar la viabilidad de las pensiones.
El presidente del Senado celebró la conclusión de una de las materias "más difíciles y al mismo tiempo más importantes para la nación brasileña".
El texto de la reforma cambió bastante durante su tramitación en el Congreso gracias a las enmiendas que presentó la oposición.
En su redacción actual, se estima que la reforma sirva para que el Estado ahorre 800.000 millones de reales (196.000 millones de dólares) en los próximos diez años, aproximadamente un tercio de lo que pronosticaba el Gobierno en un principio.
Una de las principales modificaciones se basa en que los funcionarios de los gobiernos de los estados y de los municipios quedan excluidos en este texto; por ello, los parlamentarios están tramitando una reforma "paralela" para incluirlos en las nuevas reglas.