Son casi 34 millones las argentinas y argentinos que este domingo 27 irán a las urnas para elegir presidente, vicepresidente y la nueva conformación parlamentaria. Seis son los candidatos que buscarán convertirse en el mandatario del período 2019-2023.
Mauricio Macri, que busca la reelección con la alianza Juntos por el Cambio, marca entre 30 y 33% en las encuestas, muy por detrás del opositor Alberto Fernández (Frente de Todos), que muestra una intención de voto superior a 50%. Si vota por debajo de ese porcentaje pero por arriba de 45 y le saca 10 puntos al actual mandatario, también será proclamado este domingo como el próximo presidente.
La oferta electoral se completa con Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores; Juan José Gómez Centurión, por el Frente NOS; y José Luis Espert, por el Frente Despertar. Según las encuestas, los tres recogen una intención de voto inferior a 3%.
El tercer postulante, el exministro de Economía Roberto Lavagna (Consenso Federal), llegó a superar en intención de votos la barrera de los 10%, pero sobre el cierre de la campaña cayó a 9%.
Creer o reventar
"Técnicamente en política no podemos decir que no hay imposibles, pero para mí es altamente improbable que el resultado sea diferente", indicó Romero al comentar el multitudinario cierre de campaña del macrismo en Córdoba y el aire triunfalista del oficialismo para cambiar la tendencia.
"Creo que Alberto Fernández va a ser el próximo presidente de la Argentina, incluso me atrevería a decir que la diferencia va a ser mayor todavía", que la que le están otorgando los sondeos de opinión pública.
El doctor en Ciencia Política también consideró que incluso puede superar la mejor votación de la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015).
"Yo creo que va a sacar más votos que Cristina en 2011, cuando sacó 54%. Creo que va ser un número similar o superior", consignó.
Razones sobran
"Si tomás indicadores como pobreza, indigencia, desocupación y cierre de fábricas, por mencionar cuatro, son absolutamente negativos. Argentina no crece desde los últimos cinco años, con lo cual habría poco o nada que lleve a pensar que Macri tiene elementos a su favor" para revertir la debacle electoral.
Romero destacó que "sí hizo una reunión muy exitosa del G20 en Argentina", aunque en materia de retorno político o económico "no trajo aparejado absolutamente nada". "Desde el punto de vista de las inversiones que tanto sostuvo que iban a venir, no solo no hubo lluvia de inversiones, sino que directamente no hubo", agregó.
El también docente en las carreras de Relaciones Internacionales en diversas universidades argentinas, consideró este enfoque como una contradicción relevante para su gestión. Más aún cuando en 2015 había asegurado que desideologizaría la política exterior para diferenciarse de lo que a su entender había hecho previamente el Gobierno de Cristina Fernández.
"Darle de alguna manera un rol terciario o más abajo a China y Rusia, esa falta de acercamiento, es un punto de vista ideológico, justamente lo que no iban a hacer", recordó el cientista político.
Por el contrario, consideró que de llegar a presidente, "Fernández apostará a diversificar la política exterior porque es lo que que precisa Argentina para los próximos cuatro u ocho años".
"Tener una política exterior pragmática, que sirva a los intereses argentinos, no que sirva para alinearse a un potencia extranjera cualquiera sea ella. Los intereses nacionales hoy están vinculados absolutamente con todos los polos de poder, con Rusia, EEUU y China", señaló.