"El 26 de octubre, por iniciativa de Estados Unidos, tuvo lugar una conversación telefónica entre el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo; se discutió la situación en Siria", dice el comunicado.
Se señala que "Rusia subrayó la necesidad de abstenerse de adoptar medidas que socaven la soberanía y la integridad territorial de este país".
El 22 de octubre, Rusia y Turquía acordaron el envío de unidades de la policía militar rusa y soldados sirios a la frontera turco-siria a partir del 23 de octubre para facilitar el traslado de las facciones kurdas a unos 30 kilómetros de la línea fronteriza.
El repliegue de las milicias kurdas debe completarse dentro de 150 horas posteriores al mediodía del 23 de octubre.
Tras concluir el plazo, patrullas conjuntas ruso-turcas comenzarán su misión a 10 kilómetros de los límites del país otomano.
Turquía suspendió su operación Fuente de Paz en el norte de Siria, que había iniciado el 9 de octubre con el argumento de alejar a las milicias kurdas de su frontera y delimitar una "zona segura" para acoger a los miles de refugiados sirios que permanecen en su territorio.
La ofensiva turca estaba dirigida contra las formaciones lideradas por los kurdos, entre ellas las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), las milicias del Partido de la Unión Democrática (PYD) y las Unidades de Protección Popular (YPG) que operan en el noreste sirio y a las que Turquía vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que considera terrorista.