"Mi papá y mi hermana nunca fallan, este año seguro estarán de vuelta porque para ellos no hay bloqueo que valga, son almas que necesitan venir", dijo a Sputnik Zenovia Tintilay, mientras recogía de una panadería las "tantaguaguas" ("niños viejos" en lengua aymara), panes con forma humana que ella elaboró y mandó hornear.
La ola de conflictos que vive Bolivia tras las elecciones generales del 20 de octubre parece no haber afectado la preparación de las fiestas de Todos los Santos y Difuntos (1 y 2 de noviembre), celebración tradicional arraigada en casi todos los sectores de la sociedad.
En cambio sí parece afectada la celebración de Halloween (31 de octubre), importada especialmente de Estados Unidos y de creciente popularidad en las últimas décadas, en particular en los barrios residenciales que están convertidos en base de las manifestaciones políticas opositoras.
Otros panes con forma de escaleras (para que las almas suban de vuelta al cielo, dice la tradición), variedad de masas dulces y abundante chicha morada, bebida no alcohólica hecha en base a maíz de ese color, completarán el menú.
"Con flores más, todo estará listo para renovar nuestro amor familiar, recordar la vida compartida y rogar por su eterno descanso en brazos de Dios", dijo doña Zenovia, de 65 años, vendedora de un mercado en un barrio periférico de La Paz.
Añadió que heredó esta práctica de sus abuelos y de su ahora nonagenaria madre que le da instrucciones.
Las visitas a los cementerios son particularmente llamativas en el campo, donde música, bailes folclóricos y alcohol animan el encuentro de vivos y muertos.
Este año, el Ministerio de Culturas organizó, entre este 30 de octubre y el 1 de noviembre, una serie de exposiciones sobre la historia y los valores de la celebración.
"Venimos de un wiñay marka [pueblo eterno] y volveremos a ese wiñay marka, por lo tanto no existe la muerte, solo volvemos a nuestro pueblo, dijo el viceministro de Descolonización, Cancio Mamani, al inaugurar la "Ruta de los Todos Santos", como se llama la muestra, según un boletín oficial.
El 1 de noviembre no es feriado, pero es habitual que el Gobierno disponga "tolerancia" a partir del mediodía para favorecer la celebración.
Los gobiernos municipales, por su parte, refuerzan los controles en los mercados, donde los productos más requeridos son, por unos días, las tantaguaguas, masas dulces, flores y otros productos para las mesas de difuntos y los cementerios.