Hay que reconocer que Carter ha estado últimamente muy activo. Ha hecho varios discursos en los medios para advertir de la amenaza rusa. En una entrevista con la BBC Television, Carter dijo que "Las amenazas a la paz de Rusia están aumentando, y que el uso de nuevas herramientas y armas, en particular desinformación y mercenarios, podría conducir a una nueva guerra".
"Rusia podría desencadenar sin quererlo la Tercera Guerra Mundial", titula la página web del diario The Daily Mail.
Estas declaraciones del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas británicas causan la sensación de "deja vu". El mes pasado, Carter dijo que Gran Bretaña diariamente hace la guerra con Rusia en el campo cibernético.
Más aun, el mismo Carter aprovechó la llamada "amenaza rusa" en varias ocasiones para pedir más inversiones en defensa. Por ejemplo en 2018 dijo que la amenaza rusa podría llegar de manera inesperada a Gran Bretaña.
"El Ejército Británico pide más inversión militar ante la posible amenaza rusa", titulaba entonces a una de sus crónicas Euronews.
Y como el último recurso aprovechan de nuevo su espantajo favorito y universal: la amenaza rusa que al parecer puede justificar cualquier aumento en la inversión militar.
Precisamente de la misma amenaza rusa habló hace unos días el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en su discurso pronunciado en Berlín, la víspera del 30º aniversario de la caída del Muro.
"Pompeo advierte de riesgos que representan China y Rusia, 30 años después de caída del Muro", titula a una de sus crónicas AFP TV.
El discurso de Pompeo evoca los peores ejemplos de la propaganda occidental de los tiempos de la Guerra Fría. No es de extrañar que pocos días después aparezcan en Gran Bretaña las declaraciones del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas británicas, el general Nick Carter, advirtiendo que Rusia podría provocar una nueva guerra mundial.
El lenguaje de Pompeo que al parecer puso en apuros a algunos colegas de los medios internacionales. Un buen ejemplo en este sentido es una crónica publicada por el diario español ABC en la que su autora al parecer no sabe muy bien cómo explicar algunas palabras del secretario de Estado estadounidense.
"Pompeo advierte en Berlín contra la amenaza rusa y china", titula el ABC.
Pues como vemos tanto Pompeo, al igual que jefe del Estado Mayor británico, utilizan la denominada "amenaza rusa" con el mismo propósito: exigir más inversión en defensa. Eso también evoca mucho los discursos de militares y políticos occidentales durante la Guerra Fría.
Pero existe también un importante detalle en el discurso de Pompeo que cabe destacar y que no se refiere al gasto militar. Es la frase de que las naciones libres están "en una lucha de valores con las naciones que no son libres". Entre otras cosas Pompeo se refería al gasoducto en construcción Nord Stream 2, que, según él, convierte "el suministro de energía para Europa en dependiente de los caprichos de Putin".
Parece que estos valores de naciones libres tienen un claro trasfondo económico y son muy pragmáticos. También esta lucha de valores más bien se parece a una competencia desleal y proteccionismo que a una cruzada ideológica de naciones libres contra naciones que no consideran libres.
Semejante visión comparten los países del BRICS, el bloque de mercados emergentes compuesto por cinco países: Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, que esta semana celebraron su cumbre anual en Brasilia.
"Putin: La competencia desleal, las sanciones y el proteccionismo florecen en el comercio mundial", titula a una de sus crónicas la edición en español de RT.
Además, el presidente ruso asegura que está dispuesto a ampliar la cooperación con otros miembros de los BRICS en el uso de combustibles respetuosos con el medio ambiente.
Mientras tanto, Pompeo llama a los líderes europeos a aumentar el gasto militar, a hacer crecer a sus respectivo Ejércitos para prepararse bien para esta nueva supuesta "cruzada" de países libres contra países que no consideran libres.
Sin embargo, como acabamos de comprobar no se trata de una "cruzada" ideológica. Detrás de este llamamiento a luchar contra Rusia, liderada por un exagente del KGB, está un claro interés comercial, una competencia desleal, las sanciones y el proteccionismo. No se lo olviden cuando la próxima vez les venden declaraciones sobre la amenaza rusa.