"Hay centenares de preocupantes denuncias sobre uso excesivo de la fuerza en las calles y abusos contra detenidos tales como golpizas brutales y abusos sexuales que no pueden quedar impunes", dijo el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, en la presentación del documento que reseña dos semanas de investigaciones.

"Es justamente por ello que las autoridades deben impulsar una reforma policial urgente", sostuvo Vivanco.
El activista se reunió este 26 de noviembre con el presidente Sebastián Piñera para entregarle el informe.
HRW entrevistó a más de 70 personas en Santiago y Valparaíso en noviembre, incluyendo víctimas de perdigones de escopetas o de cartuchos de gases lacrimógenos disparados con armas antidisturbios, mientras "otras señalaron haber sufrido abusos policiales en las calles o en comisarías", dice el informe.
Las entrevistas incluyeron a carabineros, "algunos de los cuales habían sido heridos por manifestantes, así como a médicos, abogados, académicos, representantes de la sociedad civil y altas autoridades", señala el documento.
Las pruebas reunidas muestran que "Carabineros utilizó la fuerza de manera excesiva en respuesta a las protestas e hirió a miles de personas, con independencia de si habían participado en hechos violentos o no", dice HRW.
Los servicios de urgencias médicas atendieron a 11.564 personas heridas en el marco de las protestas entre el 18 de octubre y el 22 de noviembre, y "más de 1.100 presentaban lesiones moderadas o graves", sostiene el informe.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó entre el 14 de octubre y el 21 de este mes al Ministerio Público 442 querellas de víctimas de lesiones, tratos crueles, torturas, abusos sexuales, homicidios y tentativas de homicidios atribuibles a fuerzas de seguridad.

"Numerosos detenidos afirman haber sido golpeados brutalmente por carabineros. Otra de las acusaciones más frecuentes fue que carabineros obligaron a detenidos, incluidos niños y niñas, a desvestirse y hacer sentadillas totalmente desnudos en comisarías", una práctica que ya existía antes del comienzo de la protesta.
El informe de WHR añade que "los carabineros parecen ser más propensos a obligar a desnudarse a mujeres y niñas que a hombres".
La escopeta antidisturbios fue la principal arma de más de 220 lesiones oculares documentadas por el INDH.
El 17 de este mes, el Ministerio de Salud reportó que "16 personas habían perdido la visión total en un ojo y que 34 habían sufrido heridas graves en un ojo que podrían resultar en pérdida de visión total o parcial", indica HRW.
La organización sugiere revisar las facultades de Carabineros para detener personas por control de identidad, adoptar mecanismos internos para evitar abuso y uso excesivo de la fuerza, reformar el sistema de disciplina interna del cuerpo y crear un protocolo para revisiones forenses independientes de los detenidos.
Además, se debe hacer cumplir la prohibición sobre desnudamiento de personas detenidas en protestas y sancionar a quienes continúen esta práctica, instalar cámaras en todas las áreas de las comisarías, garantizando la privacidad de los detenidos, suspender totalmente el uso de perdigones y estudiar el uso de equipos menos letales que minimicen las lesiones.
HRW también pide que se refuerce el entrenamiento de los agentes en el uso de armas menos letales para controlar las manifestaciones y "cerciorarse de que los carabineros cuenten con equipos de protección adecuados, tiempo de descanso y remuneración de horas extra".
Las protestas comenzaron a mediados de octubre contra la suba del pasaje del Metro de Santiago, pero rápidamente se extendieron por todo el país en reclamo de amplias reformas para reducir la desigualdad.