"No bajen la cabeza, no se desanimen, estamos juntos; el país que dio al mundo la samba, el "Cinema Novo", la "Tropicalia", la "Bossanova" y la arquitectura de Niemeyer nunca se arrodillará frente a la lucha, quieren destruir Brasil empezando por la cultura, no lo permitiremos", dijo.
Además, les agradeció su apoyo mientras estaba en la cárcel y la campaña que hicieron para que no fuera elegido Bolsonaro en las pasadas elecciones, una decisión por la que ahora están pagando consecuencias, según Lula.
"Es una venganza contra cada una y cada uno de vosotros, contra los que osaron gritar "Él no"; también es la venganza contra todo lo que la cultura representa para el ser humano, porque la cultura es vida y el actual gobierno insiste en promover la muerte", criticó.
Como hizo en otras ocasiones, Lula no cerró la puerta a ser candidato en las elecciones de 2022, pero asumió que es difícil porque tiene varios procesos por delante y "harán de todo" para que no pueda presentarse.
También estuvieron presentes en el acto la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016), el exminsitro y excandidato presidencial Fernando Haddad, el excanciller Celso Amorim, la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, y otros miembros del partido y de otras formaciones de la izquierda brasileña.
Rousseff aseguró que Lula salió de la cárcel "más capaz, más consciente y más creativo" de como entró y resaltó que el momento actual, con Lula libre, es de mucha esperanza.
Haddad pidió que el Tribunal Supremo Federal haga justicia y devuelva los derechos políticos de Lula para que pueda ser candidato a la presidencia en 2022, así como unidad en la izquierda para preparar ya las elecciones municipales de octubre de 2020.
"Tenemos que empezar a derrotar en las urnas el bolsonarismo, y si empezó a nacer aquí en Rio de Janeiro tienen que empezar a morir aquí también; aquí empezará a morir, para que Brasil tenga paz, justicia y desarrollo social", dijo.
También pidió unidad el diputado federal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) Marcelo Freixo, que parte como uno de los favoritos para la alcaldía de Río de Janeiro y está en conversaciones con Lula para que el PT apoye su candidatura.
También estuvieron presentes los padres y la hermana de la concejala de Río, Marielle Franco, asesinada en marzo de 2018, que provocaron las lágrimas de Lula al fundirse en un abrazo al inicio del acto.