"La ley aprobada, lejos de garantizar una auténtica libertad de conciencia, persigue el objetivo de borrar la secular memoria histórica del pueblo y su tradición religiosa. La Skupscina [Parlamento] lanzó un proceso que puede tener tristes consecuencias, como la violación masiva de los derechos de los creyentes, la sustracción de iglesias y la redistribución de la propiedad", dice el documento.
Los jerarcas de la Iglesia ortodoxa rusa recordaron que en Ucrania, donde se aprobaron semejantes leyes y cuyos políticos ansiaban usar la Iglesia como un instrumento para el logro de sus intereses, el máximo dirigente perdió su puesto.
Al mismo tiempo reconocieron que el ataque a la Iglesia canónica ucraniana dejó "heridas de una hostilidad fratricida que no se cicatrizan" y agregan que Montenegro podría afrontar semejantes consecuencias.
"En ambos países se plasma un mismo plan, concebido lejos de sus territorios. Precisamente por eso nuestros hermanos de Montenegro comprenden muy bien los sufrimientos del pueblo de Ucrania y siempre le expresan su apoyo", declaró el Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa.
El Parlamento de Montenegro aprobó la semana pasada la Ley de Libertad Religiosa y la Situación Jurídica de Comunidades Religiosas.
El Arzobispado de la Iglesia ortodoxa serbia en Montenegro convocó el 21 de diciembre una reunión masiva de los creyentes en la ciudad montenegrina de Niksic, cuyos participantes exigieron que el Estado de Montenegro firme un acuerdo con la Iglesia serbia en que garantice que no confiscará sus bienes y que devolverá o compensará los que fueron decomisados antes.
Montenegro se independizó en 2006 del Estado común que formó con Serbia tras la desintegración de Yugoslavia.