La central de Barakah, ubicada en una franja de desierto poco poblada en la costa del golfo Pérsico, en Abu Dabi, comenzará su producción a finales de este año. De momento, cuenta con un único reactor, pero el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) planea construir tres más para 2023.
La central pone a los EAU en el selecto grupo de los 30 países que utilizan energía nuclear. Otros países árabes, como Egipto y Arabia Saudí, también planean construir sus propias plantas nucleares pese a la inestabilidad geopolítica en la región.
Riesgo de proliferación
La construcción de una planta nuclear en el mundo árabe ha sido considerada por muchos un riesgo para la estabilidad y la seguridad de la región. La comunidad internacional teme que los EAU puedan utilizar el combustible de la planta, el uranio, para producir armas nucleares.
Sputnik habló con el representante emiratí en el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el embajador Hamad Alkaabi, sobre los riesgos de que surjan otras plantas nucleares.
"Los Emiratos Árabes Unidos tiene obligaciones vinculadas a la no proliferación de armas nucleares", afirmó Alkaabi, y subraya que el país es parte del Tratado de No Proliferación Nuclear.
"Nuestro país trabaja dentro de los estrictos estándares del régimen de no proliferación y de salvaguardas, incluidos los impuestos por la OIEA", explicó.
Alkaabi subrayó que no hay, por tanto, ninguna base para afirmar que los EAU puedan utilizar su programa nuclear para fines militares.