"Nos enfrentamos al riesgo de una confrontación cada vez más grave con consecuencias cada vez más impredecibles", dijo Gutérres.
El secretario fue más crudo al advertir que "es crucial romper el círculo vicioso de violencia y sufrimiento; esta pesadilla humanitaria provocada por el hombre para la sufrida gente de Siria debe detenerse, debe detenerse ahora".
Gutérres pidió a los donantes internacionales que aporten 500 millones de dólares adicionales para ayudar a las casi 900.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, recientemente desarraigados por la violencia.
Según Gutérres, se estima que 2.8 millones de personas en la región noroeste de Siria requieren apoyo humanitario.
El jefe de la ONU destacó además la necesidad de continuar buscando la solución política para poner fin al conflicto y al sufrimiento humanitario en la República Árabe.
Con este fin, agregó Guterres, el Enviado Especial de la ONU, Geir Pedersen, había estado en contacto cercano y sostenido con todas las partes involucradas.