No obstante, fuentes cercanas a Gantz señalaron que el ejecutivo será solo para los próximos seis meses.
Gantz, líder de la coalición de centro-derecha Azul y Blanco, había reiterado hasta la saciedad que no gobernaría con alguien imputado por tres casos de corrupción, como Netanyahu, y menos si éste intentaba mantenerse en el cargo de jefe del ejecutivo.
Los israelíes votaron en elecciones legislativas los pasados 9 de abril, 17 de septiembre y 2 de marzo, tres veces en once meses. De las dos primeras elecciones no surgió ningún gobierno.
La decisión de Gantz de unir fuerzas con Netanyahu condujo inmediatamente a la ruptura de los partidos que integraban Azul y Blanco: Resiliencia, de Gantz, el centrista Hay Futuro, del extitular de Finanzas Yair Lapid, y Telem, del exministro de Defensa y general retirado Moshe Yaalon.
Lapid y Yaalon presentaron una solicitud formal para separarse de Azul y Blanco este jueves. Según varias informaciones, Lapid había dicho a Gantz que prefería que Israel fuera a unas cuartas elecciones que tener como socio a Netanyahu.
El Gobierno de unidad probablemente contará con la suma de 78 o 79 diputados, según el Canal 12 de la televisión israelí.
Serán los de la formación de Netanyahu, el Likud, líder de la derecha israelí, y su bloque de apoyo, integrado por Derecha (ultraderecha nacional-religiosa), Shas y Judaísmo Unido de la Torà, dos partidos religiosos ultraortodoxos. Además de Resiliencia y el Partido Laborista (centro-izquierda).
El acuerdo para formar un gobierno de unidad empezó a fraguarse ayer, pero no tomó forma hasta hoy mismo, poco antes de que la Knéset (Parlamento israelí) se reuniera para elegir a un nuevo presidente, tras la dimisión forzada del anterior, Yuli Edelstein, del Likud.
Gantz se presentó a si mismo como candidato a presidir la Knéset y lo eligieron esta tarde por 72 votos a favor. Para tener mayoría en la Knéset, de 120 escaños, se necesitan 61 diputados.
El exjefe del Estado mayor ocupará este cargo hasta que pase a ser ministro de Exteriores y lo sustituya, probablemente, alguien del Likud. El número 4 de Azul y Blanco, el general Gabi Ashkenazi, podría ser el próximo ministro de Defensa y Chili Tropper, de Justicia.
A Netanyahu solo le queda la opción de seguir como primer ministro, ya que, según la ley, es el único cargo que puede continuar desempeñando a pesar de estar imputado y mientras se celebra su juicio por fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción.
El juicio tenía que empezar el pasado 17 de marzo, pero se aplazó hasta el 24 de mayo a causa de la pandemia del coronavirus.