Al principio, cuando los dirigentes europeos creían que el coronavirus era endémico de China y que no saldría nunca de allí, a pesar de las fronteras abiertas y de la intensa actividad comercial, el fútbol seguía su camino en Europa con total tranquilidad, hasta que un día, de golpe y porrazo, todo comenzó a cambiar.
Solo después todos decidieron parar. Todos no, porque Bielorrusia siguió Y entonces, ante la avalancha del mal, la UEFA tomó cartas en el asunto.
Bélgica para y crea problemas
La Federación belga tomó una decisión que a muchos les pareció precipitada, incluyendo a la UEFA: dar por terminado el torneo y designar a los equipos que participarán en las venideras competiciones continentales. Pero ese apuro les puede costar caro, porque los dirigentes europeos creen que se saltó pasos o intentó pasar sobre el organismo regional.
El Gante, que iba segundo con 55 unidades, disputará la fase previa de la competición continental, mientras el Charleroi, el Amberes y el Standard de Lieja jugarán la Europa League, pero solo si la UEFA lo autoriza, porque corren versiones de que sancionará a Bélgica por parar sin consulta previa.
La Liga belga no mandará a nadie al descenso y, por supuesto, tampoco tendrá ascensos, algo que tendría seguidores y detractores a partes iguales en cualquiera de los otros torneos europeos, en caso de imitar a los belgas.
Por ahora, solo se sabe que Holanda sopesa tomar una determinación parecida, pero las filtraciones de la UEFA tal vez provoquen que los dirigentes de la Eridivise se piensen mejor las cosas, so pena de llevarse una sanción que no le hará bien a nadie.
Dinero y descensos
Para algunos dirigentes de clubes, imitar a Bélgica sería la solución perfecta. Para otros no tanto, pero eso depende del cristal con el que se miren las diferentes situaciones.
Peor lo vería el Madrid, cuyos fanáticos lamentarán más que nunca la derrota en la última fecha ante el Real Betis. Sería un título más de Liga para el eterno rival y tal vez cuantiosos ingresos que dejarían de entrar a las arcas del llamado club blanco.
También les vendría de perlas al Sevilla y a la Real Sociedad, que tendrían garantizados puestos en la Champions, pero no al Atlético de Madrid, por ejemplo, que se vería fuera de una competición que ya cree que le corresponde por derecho propio.
La posibilidad de una temporada nula no solo se maneja en España por el presidente de la Federación, Luis Rubiales, y su entorno, sino en otros países, donde la mayoría de los jugadores y técnicos abogan por comenzar la temporada 2020-2021 donde mismo arrancó la presente, con los mismos protagonistas y borrón y cuenta nueva.
Pero hasta eso sería injusto, porque el Liverpool inglés, por ejemplo, habría cedido un título para el cual hizo todos los méritos del mundo y sacó una abrumadora ventaja al resto de los participantes.
Champions y Europa League en veremos
Pocos días después de detenerse las competiciones continentales, y aun sin cambiar de fecha la Eurocopa, la UEFA determinó que la final de Champions se jugaría el 27 de junio, y tres días antes la de la Europa League, pero eso fue solo momentáneo.
Pronto se dieron cuenta de que era necesario esperar antes de tomar otro riesgo y aventurarse con fechas que podrían no ser reales de nuevo.
La solución, en cualquier caso, estaría en reiniciar la actual temporada cuando las condiciones estén creadas y apretar el calendario para permitirle a los jugadores tener un mes de vacaciones luego de terminada, aunque eso implique jugar en agosto.
Luego, volver a apretar el calendario de la campaña siguiente y finalizar con tiempo suficiente para que las selecciones se preparen para la Eurocopa y la Copa América que debieron jugarse en 2020.
Sin embargo, si el 21 de junio próximo no se ha vuelto a jugar, todo se dará por terminado y habrá que ver qué decisiones se toman. En todos los casos habrá beneficiados e inconformes, y corresponderá a los dirigentes del fútbol tomar los riesgos.