El país se ha visto gravemente afectado por el COVID-19, y de acuerdo con el Ministerio de Salud iraní, cada diez minutos una persona muere por la infección.
A pesar de que, según se reporta, desde el pasado 26 de febrero unos 100.000 prisioneros fueron liberados temporalmente en virtud de una orden del jefe del poder judicial iraní, "la mayoría de los presos de consciencia, defensores de los derechos humanos, conservacionistas, extranjeros y personas con doble nacionalidad permanecen encarcelados", dice el comunicado.
Los expertos alertaron que "algunos de ellos corren un gran riesgo de (contagiarse) de COVID-19 debido a su edad o problemas de salud subyacentes".
"Llamamos a las autoridades a liberarlos de manera inmediata", exhortaron los defensores de DDHH.
Las cárceles iraníes, según la nota, tienen problemas higiénicos, de hacinamiento y de salud.
"Urgimos a las autoridades de Irán a que implementen medidas compatibles con sus obligaciones en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, incluidos el derecho de las personas privadas de libertad a ser tratadas con humanidad y con respeto a su dignidad inherente, y el derecho a la vida", insistieron los expertos.